Besar, nunca he dado un beso en toda mi vida y sin embargo causa mucho revuelo en mí este acto tan inefable. El hecho de pensar que de ser tan simple sólo desglosa una emoción tras otra, me parece algo inimaginable, no es como un ligero roce o caricia, que independientemente en el lugar que sea, al posicionarlo en los labios se convierte simplemente en algo tan mágico que las personas se vuelven presa de si mismas. Se supone que esto refleja amor? O alguna especie de necesidad?. Para ser honesta, no entendía lo especial de este acto, tipo, por qué un beso era tan especial? De dónde surge esa necesidad de juntar las bocas?, Es como si sus cuerpos les pidieran a gritos tener algo de la otra persona, les añora que conectarán de una forma más íntima sin llegar a lo sexual, una conexión que transciende a comparación a cualquier abrazo, busca complicidad y misterio que despliega placer y satisfacción mutua. La idea de un beso me plantea está dicotomía en la cual puede ser sumamente fascinante, y luego que sólo es el mero acto de juntar las bocas, un intercambio de saliva y gérmenes, es sólo apreciar como esta zonas del cuerpo en individuos se chocan y permanecen, que podría llegar a ser visto como ilógico, así que al verlo así, cualquier pensamiento deja de ser despampanante y se vuelve simple. Si lo sobrepienso un poco más esto es subjetivo viéndolo de manera objetiva, pero qué es un beso? Es una manera de sellar un vínculo, es necesitar involucrarte para controlar todo ese lío emocional u corporal que pide a gritos algo más, es explotar el cómo te sientes sin decirlo, es el deseo de contrarrestar todo lo que sucede en tu corazón y apaciguarlo con un acto. Sin importar si es largo, corto, baboso, o incómodo, todos dependen de una misma variante, el sentimiento, y no precisamente hablo de amor, porque hasta en la necesidad se haya este placer por hacerlo, y apesar de esto, se hace, porque al parecer no sólo se conectan las bocas, es más como una canción, una poesía, es un indescriptible holocausto de pensamientos, emociones y sentimientos que palpitan incontables veces y que resuenan en la otra persona hasta el punto de no querer detenerse, pasión, lujuria, cariño, posesividad, un beso puede significar todo y al mismo tiempo no ser nada, puede pesar más que dos soles y ser tan liviano como la pluma de un ave. No lo idealizo, porque es obvio que así como suena maravilloso, puede llegar a ser tan insignificante y fortuito, hasta oscurecerse al punto de ser un acto grotesco, desagradable y nefasto. No obstante, me queda claro que un beso, es algo simple, pero besar a alguien, es algo inerranable.
EPIFANÍA
Me acabo de dar cuenta que he pasado todos estos días sintiéndome más pesada de lo normal, con más nudos en la garganta, más presión en el pecho, siento más soledad. Es estúpido porque constantemente me reprocho porque no hago nada, pero cómo se supone que haga algo por alguien que no me importa? Sé que a veces no soy la mejor persona que puedo conmigo misma y eso se volvió costumbre, me acostumbré a verme a mí misma como un ser insignificante, raro, al cual no le quería dar atención, ni le debía nada además de mantenerme viva. Noté que lo que conozco de mí son simple cosas oscuras que me desagradan, por ende lo volví algo innecesario. Mis gustos me dan pena, mi cuerpo me da igual, y esto no por cómo se ve, sino que indiscutiblemente cómo luzca los ojos con los que me miro no reflejarán algún tipo de importancia por él, nunca me he sentido bonita porque no me importa, siento pena de la gente que me ve en mis peores momentos y no por mí, o por la imagen que doy, sino por ellos que tienen que mirarme, en verdad no me encuentro con algo que me guste, y lo que me disgusta poco o nada me importa, sólo dejó de importarme todo eso. Con respecto a esa pesadez, más que todo es porque me he puesto a leer desde hace unos días, precisamente la historia que leí era una de amor- género del cual no me agrada mucho puesto que lo cursi no me trama- y en la historia, durante el desarrollo de la trama, vi como aquel personaje logró forjar ese sentimiento del cual había carecido básicamente toda su vida, es extraño puesto que sentir amor se ha vuelto tan común que hasta comiendo puedes sentirlo, pero este genuino amor que reflejaba el protagonista frente a esta otra persona me dejó feliz, una historia que no me dejó con ese sentir incómodo o cliché- que si lo fue si soy honesta- y terminó dejándome cautivada, sin embargo, el sentir se fue distorsionando cuando empecé a pensar en mí poniéndome en contexto a ellos. Es decir, yo no he tenido nunca una experiencia romántica, y la verdad no me ha hecho falta, lo veo como algo que sería lindo, sí, pero no me llama la atención, no obstante en ese momento sólo pensé de mí hacia mí, tipo preguntándome con qué ojos me miro?. Siempre reprimo lo que siento y aquellos sentimientos los transformo a lo que deberían ser, si siento que estoy cansada me digo a mi misma que sólo no lo quiero dar todo, si me siento aburrida me digo que sólo no soy productiva, si quiero parar me digo corre, y así consecutivamente. Las dos versiones que yacen de mi cabeza resultaron ser más conflictivas respecto a mis maneras de pensar y sentir, me percaté de lo poco que ahora veo en mí. Siempre pensé que vivía por y para los demás, pero en un mundo en el cual no haya nadie, no le hayo propósito a mi vida. Sé que siempre ataco con ese pensamiento de que "nada importa y es como si no lo notáramos" pero ps no es de eso lo que quiero hablar precisamente hoy. La historia me hizo reflexionar acerca de mí, sobre lo que me había limitado por culpa de mis propios pensamientos, que todo aquello que considero insignificante, SI IMPORTA, si importa el cómo te miras al espejo, si importa las cosas que haces, si importa lo que llegas a sentir y eso no es estúpido, si importan tus logros y fracasos, y si importa el valor que le das a tu vida. Me había focalizado tanto a ese pensar de indiferencia que perdí el interés por mi vida, ahora sé que quiero conocer todo aquello que surge de mí, y conocerme más, y que si soy 2 personas a las vez, deseo conocerlas a cada una de ellas, porque importa, si importa, mucho más de lo que me gustaría admitir, y paulatinamente lograré darme esa importancia, a esa persona que dejé en el olvido, Nani.
INSOMNIO
En la pesadez de la noche, junto al silencio absoluto que devora cada parte de la habitación, el ruidoso bullicio de la mente y la incapacidad de mantenerse quieto en la cama. No sabes si sólo cerrar los ojos y dejar que aquella oscuridad inunde tu mísera mente, haciéndote olvidar que sigues vivo, o mejor sobrepensar cada mínimo detalle transcurrido en el día, para poder consumirte en tu propia vergüenza; te inclinas por la segunda opción y comienzas a cuestionarte tu manera de ser, de hablar, de moverte y expresarte, el más insignificante detalle lo hallas tosco e inapropiado, torturándote al pensar en lo ridículo que te muestras ante los demás y la desnudez tan humillante que refleja tu rostro; una risa incómoda, una palabra innecesaria, un comentario poco relevante, o una frase retumbante, es lo único que ahora transita tu mente. Por más que busques refugio en recuerdos cálidos, o en la magia que te regale tu imaginación, sólo se vuelve un esfuerzo inútil por descargar la dureza que te dicta pensar en lo único que quieres olvidar. Te sentencias a recriminar cada acto que realizaste, te culpas por no ser aquello que deberías ser, te apuñalas una y otra vez para hacer que el cansancio de la culpa te haga caer en el sueño pesado el cual anhelas abrazar y consentir, no obstante, tales recriminaciones no logran agotar tu caos mental, sino que por el contrario, te absorbe en una colosal ola de sentimientos encontrados. El río que pasa por la almohada qué rodea tu rostro, que cubre esa mejilla que se tiñe suavemente de rojo, lleva más de uno de esos puntos débiles que te empecinaste en descubrir; el ardor desesperante que habita en tu pecho, es el continuo acelerador hacia tu muerte, muerte la cual no se haya vacía, ya que carga un sin fin de emociones y pensamientos agrios, fríos y aprobiosos, los cuales comienzan a amontonarse, derribándote lentamente en tu propia desdicha. En aquel punto, sólo oyes el sonido de tu nariz llena de tu líquido dolor, el abrir y cerrar de aquellas ventanas que llamas ojos, las que ahora están repletas por el diluvio que aguantaste a causa de tu cabeza, y el aún sofocante y estruendoso silencio, un conticinio armonioso y deleitante que recae en esa cama tan triste y muerta, la cual sostiene a un vivo y áspero pedazo de carne, que acaba de masticar cada trozo de imperfección e inseguridad suya, que analizó sobre los sucesos del día y que ahora está consumiendo toda su irrelevante existencia, sin embargo, pasado ese infierno, recae en aquel pensamiento que no le dejó dormir, y que para este momento, finaliza su tortura, haciendo que se apague el interruptor de aquel verdugo producto de sí mismo, el cual creo inconscientemente con el propósito de poder descansar, y que ahora duerme plácidamente, ahogado en su sufrimiento y desvanecido por su propia e inestable voluntad.
LÍMITES
Sé que muchas veces pienso en mi, y siento que eso no está mal, pensar en ti no te hace egoísta o narcisista, que hay de malo en querer mi espacio, en querer estar sola, en querer alejarme de todos y encontrarme conmigo misma. A veces sólo quisiera apagar el mundo como si de una canción se tratase, una a la cual no quiero oír más, y que cuando desea encenderla y seguir oyendo, no haya ningún problema. Me molesta ser tan débil, tan miserable y vulnerable ante cualquiera, no soy una mala persona o al menos eso creo, pero estoy harta de querer ser mi mejor versión para los demás, si siento que no quiero hablar no me voy a obligar a hacerlo, si deseo estar sola, me voy a alejar de los demás, y de ante mano en verdad lo siento, pero ya dejen de pedirme ser mi mejor parte siempre, porque estoy cansada. Habrán días en los cuales seré sonriente, feliz y amable con todos, y también algunos en los cuales quiera estar sola y no por odio o por ser grosera, sólo que deseo no involucrarlos con mis problemas, porque son míos, a nadie debería interesarle lo que siente mi corazón, entiendo el sentido de empatizar y querer ayudar, pero si necesito a alguien lo diré, pero por favor no fuercen a mi corazón a mostrarse fuerte cuando simplemente quiere sentir y fluir. Odio que me vean llorar y sufrir, odio que me vean detalladamente porque hasta yo me doy asco, odio ser tan impotente frente a mí misma, odio estallar y destruir lo que esté a mi alcance, y odio que la gente trate de entrar a un lugar el cual está cerrado. En el punto en el que se abran las puertas de mi ser, el que desee si es bienvenido puede entrar, pero al estar cerrada sólo acéptalo y dame mi espacio, no insistas, no te victimices, no me hagas sentir culpable, sólo piensa en mí por un momento y suspira, aléjate lo suficiente para que pueda ser yo, así esa persona aún no le tenga el mínimo de cariño. El respeto hacia eso también es una muestra de amor y de empatía, los límites son necesarios para mejorar como personas y si, tal vez seamos toscos o insensibles algunas veces, pero hay puntos transparentes los cuales se deben ver y saber tratar. La vida no es siempre de color de rosas y las personas no siempre debemos mostrarnos con el seño fruncido, mentalizadas o listas para enfrentarla, porque ni el más preparado guerrero sale invicto de las duras batallas. Sabemos que no somos perfectos, y que dentro de cada quien hay una inefable oscuridad, pero lo único cierto es que está sólo puede ser aniquilada por ti. Así que por eso y otras cosas más, no creo que sea malo de vez en cuando pensar en mí.
FRÍO-CALOR
No importa cuanto lo intente, no importa cuanto cruce las piernas, la sensación no cesa, el calor interno más el frío intenso es una maldita tortura, mi estómago se agita, mi piernas tiemblan, las ganas incontenibles de llorar me llenan y la maldita rabia de no tener el control me consume. La desesperación de no entender que ocurre, la sensibilidad ilógica ante cualquier tensión, el tiempo corre vigorosamente, el sudor aumenta, frío y calor mezclados ruidosamente sin ninguna leve armonía, sólo impulsividad. No lo entiendo, no entiendo por qué ni cómo, así como no me entiendo. Náuseas, cefalea y cualquier síntoma que me vuelva vulnerable entra, y todo se va en declive, me envuelve, me quema, me enfría, me lástima. Esto es agotador, abruma fallar, me carcome no saber si lo hice bien, qué hago, es mi culpa? En verdad, no lo sé. El sentimiento de repudio hacia estos nervios son los que me van a tragar y masticar, y sin importar cuanto luche, me desangraré y ahogaré en mí misma tratando de entender su motivo.
TRES PALABRAS
Creo que todo hemos escuchado durante una conversación, cuando alguna persona hace la típica pregunta de: si pudieran definirse en tres palabras, ¿cuáles serían? Es una pregunta que considero muy limitada y exhibicionista, puesto que te presiona a ti para encasillar todo tu ser en tres palabras, no que te definan, sino que tú consideras que te definen, dejando a la luz tu yo más interno, el que tú conoces, pero claro, esto no aplica si prefieres la respuesta más conservadora y trivial posible, porque está no ahonda en tí y sólo es para llenar la conversación con un respuesta superficial. En mi caso, si pudiera definirme en 3 putas palabras no lo pensaría mucho, dado que no soy una persona lo suficientemente interesante para trascender de ello. La primera sería IMPOTENTE, constantemente me siento incapaz de afrontar los obstáculos que me depara la vida, deseando que todo pase en cuestión de segundos y no ser víctima del maldito destino. Sintiendo como si tuviera cadenas atadas a mis tobillos, que cada que trato de moverme hacen que todo duela más, y cuando se supone que llevo el control, se presenta otra situación que me grita en la cara: No es suficiente, agobiada por mi incompetencia y debilidad, apuñalándome por no hacer nada al respecto, gritándome cada día por ser así. La segunda sería ESTÚPIDA, para nadie de las personas que conozco se les hace raro esta grotesca y efectiva cualidad con la que me defino. Tiendo a ser distraída en las cosas evidentes, y cometo errores que no son dignos de enseñanza puesto que no sacas nada bueno de ellos, ni siquiera como anécdota. Sirvo para no dar mi 100% en las cosas que realizo para simplemente quedarme como la "casi" de cada puta oración. Soy experta en autosabotearme en cada maldita situación y pensar "tranquila, no es tan malo" con el fin de sólo justificar mi tranquilidad, y así, no activar la asquerosa ansiedad. Atascada y podrida, pero sin convulsionar por mi propio veneno, con necrosis extendiéndose por mi alma, advirtiéndome que el "es normal, a todos nos pasa" como el único placebo que apaciguará tal desmesurado e intratable signo. Una cualidad que nunca toleraré porque sólo produce en mí rabia, rabia inconmensurable que me atraganta hasta la médula y me hace querer acabar conmigo misma con destreza. Por último, sería CONFUSA, no me entiendo la mayor parte del tiempo, culpo a la indecisión al no saber que camino tomar con frases como "mi cabeza tiene muchas ideas" o "quiero ver qué es lo mejor" sólo para justificar la cruda realidad de no saber absolutamente nada. Soy tan absurda e indecisa que me vuelvo confusa, porque soy una persona a la que simplemente no puedo entender, parece que lo simple no me complace lo suficiente y a pesar de que soy una estúpida el entenderme se me hace tedioso, porque es como tratar de desenredar un nudo imposible, ya que no es sólo el hecho de que está apretado por la tensión diaria de decidir, sino que tiene trazos incomprensibles, y ni sabes cómo fueron posibles de crearse, sin embargo, a primera vista, es sólo un simple nudo, "aflojalo y ya, es sencillo" diría sin chistar, no obstante, conmigo es otra historia. No es cuestión de ser interesante o complicada, simplemente soy confusa, no me entiendo yo misma, así como no entiendo lo que digo, hago, proyecto y expreso a los demás, mucho menos lo que sucede en mi cabeza, es un puto laberinto que cambia y cambia en mi misma. Ni por un momento pienses que es divertido, porque es sólo otro mérito de mi estupidez humana, porque es claro que es un aspecto que traigo no sólo por ser yo, o al menos eso prefiero creer. Soy confusa, no complicada, no interesante, y si combinas eso con las otras dos palabras, te das cuenta de lo inestable y miserable que se encuentra la balanza. Soy esa pintura sin sentido, esa olla que no se usa hacía años, el juego que más aburre a los niños, un cigarro en un mal momento y ese beso incómodo que creías que sería interesante. Existo pero me conformo de toda esta mierda, así que la existencia de por sí está vacía, pero bueno, de igual forma no hay mucho que relucir de una persona impotente, estúpida y confusa. No hay más de ahí por más que intentes rebuscar o señalar aspectos positivos, mierdas "importantes" que pararán en el mismo sentido, porque en este punto es sólo eso, mi única respuesta, es simple, lógico, incluso claro, son sólo tres palabras.
MERECER
A veces me cuestiono la palabra merecer, un cúmulo de conceptos con respecto a lo que esto me conlleva desde que me lo pregunto: me lo merezco? Una variante subjetiva que desde los ojos más tiernos inclusive puede desembocar la más calmada tormenta. No cuestiono dicha perspectiva ya que desde mi misma no yace ni el más mínimo respeto, no me malinterpreten, de deberse a mala autoestima rebosarme de patrañas sería lo más sabio que tomaría, sin embargo el verdadero atributo del merecer se lo connota a una respuesta fría y neutral, que no estigma capacidades de las cuales carezco en su mayoría, o sobrevalore debilidades mediocres que no me percatan en lo más mínimo. Sin embargo, por qué duele? Por qué desde lo más fondo de mi ser deseo ser tratada con gentileza, delicadeza y servicialidad? Por qué pido cosas que reconozco como no "merecidas"? Y si desgloso lo que cuestiono, ni mis manos alcanzarán a digitar junto a mi impaciencia. Tan subjetivo como el bien hacia uno mismo, utópico e inconmensurable si de expectativas hablamos, pero por qué no he de merecerlo? Acaso mis designios y huecos comparten lo que mi alma con anhelo añora? Porque he de ceder a la mente y limitarme, para frenar el inaudible deseo de querer algo más. Pero y si lo permito? Seré culpable de las penas y el llanto que desborde? Atormentada por un mundo surrealista en el cual la persona que de verdad no entiendo, y soy yo misma, obtiene aquello que ha suplicado a altares "merecer", cuando del concepto propio que si misma designa es errático frente a lo que exige. Está mal? Sigo preguntándome, lo quiero, lo necesito?, más lo deseo, anhelo tras anhelo en una red de innumerables bagones en un tren de experiencias y conciencia que me ha dicho: No. Pero un sueño... uno tan hermoso y tan lejano que sólo desde mis más adentrados pensamientos habita, y que en voz baja, calmada y serena me dice un tierno: si.
